martes, 2 de junio de 2009

Fin.

- ¿Y si las cosas hubieran sido de otra manera?
¿Y si no hubieras cambiado de instituto? ¿Si no hubieras aprendido a odiar aquí?
¿Y si te hubieras ido fuera a estudiar? ¿Si no me hubieras conocido? Si no te hubiera conocido...
Entonces, ¿qué? ¿Qué sería de tu vida? ¿Qué habría sido de la mía?
¿Crees acaso que habría conseguido fuerzas para seguir?

- Claro que sí. Tú tienes fuerza de sobra. Vas al gimnasio...

- Marta, que te estoy hablando en serio. ¿Qué habría sido de mí sin ti? ¿Sin que tú estuvieras siempre ahí?

- Dani, la fuerza no te la he dado yo. Las ganas de vivir salen de dentro de uno mismo. Yo sólo te ayudé a encontrar dónde las habías escondido cuando a ti ya no te apetecía buscar más.

- No, tú no lo entiendes...

- No, Dani, no. Eres tú quien ha perdido el norte. Vivir nunca ha sido lo mismo que sobrevivir. Sobrevivir es pasar por la vida como intentas pasar tú, sin pena ni gloria, esquivando todo lo que te parezca una razón para hacerla mejor, para hacer que todo esto merezca la pena... VIVIR es guardar una experiencia detrás de otra, pasar por las vidas de los demás, ir por ahí dejando huellas. Si los hombres no estuviéramos hechos para ser sociables, nunca habríamos aprendido a hablar. Y tú no haces más que esconderte en esa burbuja en la que no dejas meterse a nadie más. No soy yo la que se aleja de ti. Eres tú el que nunca me ha dejado acercarme.

- ¡Eso es m...!

- Cállate. Llevo demasiado tiempo escuchándote despreciar lo que otros desean más que nada en este mundo. ¿Crees que tienes mala suerte? ¿Que eres desgraciado? ¡Mira a tu alrededor! Hay gente que muere de hambre, de sida, de cáncer, hepatitis, esclerosis múltiple, malaria, meningitis... y muchísimas enfermedades más de las que tú ni siquiera sabes el nombre. ¿Cómo es posible que no te remuerda la conciencia ni una gota por no disfrutar del mayor privilegio del mundo?

- Ya, pero a mí...

- Ya ya ya, sí sí. Claro. Que esos no son tus problemas. Que son los problemas de otros, que son TUS problemas los que te afectan a ti... ¿Cuántas veces habré oído eso? Probablemente las mismas que te he dicho que dejes de mirarte el puto ombligo y de quejarte por algo por lo que no merece la pena ni un dolor de cabeza. ¿Que no tienes razones para vivir? Padres, abuelos, amigos, y mil personas que te conocen y sufrirían si no estuvieras aquí. Joder, ¡yo! Si no te vale nada de eso, busca algo que te guste. Que de verdad te entretenga, que te haga feliz. Pero no te quedes ahí, mirando la vida pasar, sin hacer nada.

- ...

- Ya. Que no tienes nada que decir. Pues me voy, que no me gusta malgastar el tiempo con alguien que piensa que lo está perdiendo conmigo.





Can't you see that I'm sick of this?

Staind - Please

lunes, 1 de junio de 2009

Me miras.

Te sonrío.

Cruzas de acera.
Y yo te sigo.

No dejas de andar en círculos.
Y yo no dejo de reír a tus espaldas.
Y me siento, en un banco cualquiera, lleno de pintadas, a esperar a que vuelvas a pasar por ahí. A esperar a que dejes de huir de ti mismo, a que te atrevas a venir de frente y dejes de dar rodeos.

Hace frío. Empieza a nevar. Octava vuelta a la manzana. Te paras delante.
Te sonrío.
Te acercas.
Mi sonrisa se ensancha.
Tu boca a un centímetro de mi oreja.
Te oigo respirar.
Y me das un beso en el cuello, rozándome el lóbulo con la comisura de tu boca, y mi cuerpo se parte en mil pedazos como un castillo de arena al llegar un vendaval.
Y te doy la mano, y mi cuerpo tiembla recordando mil caricias, besos, mordiscos, orgasmos.
Tú te ríes entre dientes, me conoces, sabes qué hay en mi cabeza.
Yo empiezo a correr por la arena, con la prisa de quien sabe a dónde va, con las ganas de quien sabe qué le espera.
Tú me gritas un "espérame" que suena a "tequiero" desesperado, y corres, corres incluso con más ganas que yo.
Y llegamos al agua, helada. Pero el agua con compañía siempre está mucho menos fría.
Y flotamos. Flotamos en mares de lujuria y oleadas de placer.



Someday love will find me in the rough,
someday love will finally be enough...

Anna Nalick - In the rough




¿Se puede hablar de sexo sin saber qué es el amor?