sábado, 27 de septiembre de 2008

Todo.

Echo de menos todo. A ti, estar contigo, que siempre tuvieras un abrazo y un beso disponibles para mí... Hasta discutir, y vivir una mentira... pero que me hacía feliz.

Acaba llegando un momento en el que las lágrimas caen solas, sin necesidad de un llanto que las acompañe.


Solas. Como estás tú.

1 comentario:

Nando dijo...

Si las lágrimas caen sólas sencillamente se precipitan por deseo propio...déjalas, quizá ellas sepan donde hay un lugar donde refugiarse que tú aún no conoces...

Ánimo pequeña!, que no sea por sonrisas ausentes, que en tu rostro las que lucen son las presentes...y las futuras.. ;)