Dos, doce, diez, dieciséis, dieciocho, doscientas docenas de dolores diferentes.
Dioses demoníacos deambulan desconcertados, discuten desconsoladamente, descubren derechos de decisiones decoloradas.
Dime dónde debo descansar, dónde dormir, dónde disfrutar. Derrite disfraces de duendes distraídos, destapa deseos dependientes de dulzura.
Dame disculpas divinas de donantes de deseos. Dispara datos desbocados, desesperadamente desbordados.
Diversión dantesca dibujada dentro de discotecas distorsionadas desde desgastes desandados de destinos dirigidos. Destinar desidia desenfocada. Devorar desastres dilatados.
Destierra destinos. Desgasta deseos.
1 comentario:
Definitivamente deberias dejar de drogarte.
Publicar un comentario